La situación actual del volcán Cotopaxi para montañismo es de precaución debido a su continua actividad volcánica. El Cotopaxi, con una altura de 5.897 metros, es uno de los volcanes más activos en Ecuador y su última erupción importante fue en 1877. Desde agosto de 2015, el volcán ha estado en un estado de erupción con varias explosiones de ceniza y gas, lo que ha llevado a las autoridades a declarar alerta amarilla en la zona.
El Instituto Geofísico de Ecuador ha monitoreado constantemente la actividad del volcán y ha emitido alertas y recomendaciones para los montañistas. La actividad del Cotopaxi se ha mantenido en niveles moderados, con emisiones de vapor y gases y algunas explosiones menores de ceniza. Sin embargo, existe el riesgo de que la actividad del volcán se intensifique y las autoridades han recomendado precaución a los montañistas que deseen ascender el volcán.
Las autoridades locales han establecido medidas de seguridad para los montañistas, como la restricción de acceso a ciertas áreas cercanas al volcán y la obligatoriedad de contar con un guía experimentado y capacitado para realizar la ascensión. Además, se ha recomendado a los montañistas que estén atentos a las actualizaciones de las autoridades y que tomen medidas de precaución como llevar equipo adecuado, estar preparados para cambiar los planes de ascenso en caso de emergencia y respetar las restricciones de acceso.
En resumen, la situación actual del volcán Cotopaxi para montañismo es de precaución debido a su continua actividad volcánica. Los montañistas deben estar atentos a las actualizaciones de las autoridades y tomar medidas de precaución para garantizar su seguridad durante la ascensión. Se recomienda a los montañistas optar por otras opciones de expediciones a las diferentes montañas en Ecuador.
Los parámetros monitoreados por el IG-EPN muestran que el volcán Cotopaxi aún presenta una baja actividad interna, marcada por una sismicidad levemente superior al nivel de referencia desde 2015.
Se explica que los gases volcánicos, los valores se mantienen por encima del nivel referencial tras la erupción de 2015 y tienen un origen magmático. Las mediciones de temperatura del cráter arrojan valores similares a los posteriores a 2015. Fuente española El Comercio .